Producción del vino en la villa romana de Carranque

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Ya hablamos la semana pasada sobre el Parque Arqueológico de Carranque (Toledo) , la villa romana del siglo IV en la cual se ha localizado un torcularium con fines vitivinícolas. Hoy, vamos a centrarnos en los hallazgos arqueológicos y las cuestiones relacionadas con la interpretación de los espacios de producción del vino y del aceite que se han localizado durante las últimas campañas de excavación de la villa de Carranque.

Gracias a las recientes actuaciones sobre el yacimiento se ha podido identificar un importante complejo productivo vitivinícola y oleícola datado en el siglo IV d. C. Sin embargo, lejos de invariable, sufrió diversas reformas y transformaciones a lo largo de la centuria que estuvo en uso. El espacio productivo inicial se trataba de un edificio rectangular de 17,7 metros por 8,2 metros, es decir, un espacio de 145,14 metros cuadrados. Sus muros, de opus caementicium y tapial, tienen un grosor de entre 65 y 70 centímetros. Los investigadores piensan, que el edificio estaba principalmente dedicado a la producción del aceite hasta que durante la primera mitad del siglo IV d. C. el torcularium sufriera una ampliación que conllevó una diversificación de la producción. En esta segunda fase constructiva se ha documentado un calcatoria, o estructura destinada al prensado de la uva y un espacio para la recepción del mosto.

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Calcatoria y lacus: estructuras relacionadas con la pisa de la uva y extracción del mosto en la villa de Carranque

Tras esta primera fase, al oeste del edificio al que nos hemos referido se construye uno de forma cuadrangular dedicado exclusivamente a la producción del vino. Esto ha sido evidenciado arqueológicamente por el hallazgo de diversas estructuras cuyo objetivo es la producción de esta bebida fermentada. Se han documentado dos calcatoria (una de 3,1 metros por 2 metros y otra de 3,2 por 3,3 metros) con sus correspondientes lacus o cubetas de recepción (la primera de 1,4 por 1,7 y 1,05 metros, es decir, un volumen de 2499 litros y la segunda de 0,6 por 1,4 y 0,8 metros cuya capacidad es de 672 litros), construidos con opus signinum y moldura de cuarto de círculo en las esquinas. Los calcatoria se conectan con los lacus a través de canalizaciones de material latericio. Más allá de estas evidencias correspondientes con las primeras etapas de la producción del vino (pisado de la uva y primera fermentación), no se han encontrado restos de tinajas u otra serie de elementos que demuestren que en la villa se realizaba el proceso completo de elaboración del vino. Sin embargo, dado el espacio libre al norte del edificio, cabe pensar que pudieron situar allí aunque no hayan llegado hasta nosotros las evidencias arqueológicas.

En las últimas décadas del siglo IV sucede en la villa de Carranque un proceso de monumentalización el cual supone una importante reforma constructiva de algunas de las infraestructuras que componen la villa. Sin embargo, es en este momento cuando se deja de producir vino dedicando todos los espacios de producción a la obtención de aceite, pues las estructuras de las que hemos hablado se amortizan y pasan a ser utilizadas para la molienda de la aceituna.

Aprovecho para remitiros a mi anterior entrada en este blog e invitaros, una vez más,  a visitar y conocer el Parque Arqueológico de Carranque. Podéis encontrar más información en:

http://www.parquearqueologico.org/es/

http://www.patrimoniohistoricoclm.es/parque-arqueologico-de-carranque/

 

Bibliografía

García-Entero, V., Peña Cervantes, Y., Fernández Ochoa, C., y Zarco Martínez, E. 2001. La producción de aceite y vino en el interior peninsular. El ejemplo de la villa de Carranque (Toledo). De vino et oleo Hispaniae. AnMurcia 27: 155-172.

P. Zarzuela

 

LA VILLA ROMANA DE CARRANQUE (II)

Las sucesivas investigaciones que se han llevado a cabo en la villa de Carranque (Toledo) desde la década de los 80 y las dirigidas desde 2004 por la Universidad Autónoma de Madrid en colaboración con la UNED, han permitido acercarnos a los modos de producción vinícolas de las villas romanas del S.III y IV d.C.

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-Fig. 1. Ala de la villa orientada a la producción del vino

Aunque en un primer momento, la producción se destinó al aceite -como muestra la construcción de un torcularium-, a partir del s.IV d.C. se modifican y amplían los medios destinándose ahora tanto a la producción de aceite, ampliándose el torcularium, como de vino. En la primera mitad del S.IV se construyó un edificio cuadrangular orientado a la producción vinícola (fig. 1 y fig. 2), en el que se han podido identificar dos zonas para el pisado de la uva y obtención del mosto, denominadas calcatorium o lagar , pavimentadas con opus signinum. La primera de ellas, en el sector más septentrional, es de planta cuadrangular y se encuentra unida a una cubeta cuya capacidad supera los 2.000 litros. El segundo lagar, meridional, es más rectangular y, de igual manera que el anterior, se une a una cubeta cuyo volumen admite unos 672 litros (fig. 3). El análisis de las muestras carbonizadas recogidas confirma que esta zona se destinó al cultivo y procesado de la vid.

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-Fig. 2. infraestructuras de la pars fructuaria.
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-Fig. 3. Lagar.

En las últimas décadas del s.IV d.C se registra el abandono de la producción del vino y el auge en la obtención de aceite. Un ejemplo de ello es la colmatación de los lacus (destinados a la obtención del mosto) y su incorporación en una estancia mayor, el trapetum, orientado a la producción oleícola.

Las campañas de excavación de los años 2007 y 2008 arrojaron la mayor parte de la información que hoy tenemos sobre la producción de vino y aceite en Carranque. Sin embargo, y como ya os ha contado Irene en la anterior publicación, la construcción de las infraestructuras con materiales perecederos ha propiciado la falta de evidencias arqueológicas, reduciendo considerablemente el volumen de información que podemos obtener sobre los medios de producción de vino y aceite en la península Ibérica.
Por otra parte, las numerosas intervenciones destinadas tanto al estudio como a la musealización de la villa de Carranque han supuesto la destrucción -y por ende pérdida de información- tanto en la pars rústica como en la pars fructuaria, lo que nos lleva a reflexionar y reconsiderar las consecuencias de los medios que actualmente se emplean tanto en la excavación como en la puesta en valor del sitio.

Tamara Arévalo

Bibliografía:

  • VV.AA (2009) La producción de vino en la «villa» de Carranque (Toledo). Primeros resultados. En El Vino en Época Tardoantigua y Medieval, 387-396.
  • VV.AA (2011) La producción de aceite y vino en el interior peninsular. El ejemplo de la villa de Carranque (Toledo). De vino et oleo Hispaniae. AnMurcia, 27-28, 2011-2012, 155-172.
  • http://www.parquearqueologico.org/es/

EL VINO EN ÉPOCA ROMANA: LA CULTURA MATERIAL DE LOS YACIMIENTOS DEL VALLE DEL EBRO.

Como hemos mencionado en anteriores post, la influencia primero y la romanización, después, de Hispania por Roma amplió las fronteras de la cultura material importada por ésta como son las ánforas Dressel 1 y la cerámica de barniz negro o Campaniense, que actúan en la mayoría de los casos como auténticos fósiles guía con formas variadas (platos, copas, cuencos, étc.).  La expansión que alcanzó el vino tanto en la Bética como en el valle del Ebro se muestra en la documentación de fuentes escritas (Columela y Plinio, entre otros) y se atestigua por los hallazgos arqueológicos de estas zonas.

Algunos de estos ejemplos se encuentran en:

  • Graccurris (Alfaro)
  • Contrebia Leukade (Aguilar del Río Alhama)
  • Calagurris (Calahorra)

Sin embargo, aunque el gran auge y expansión de «la cultura del vino» se produjese en época romana, los estudios más recientes han asentado sus precedentes en las culturas indígenas, íbera y celtíbera, como es el caso del lagar celtíbero de Segeda (Burillo, 2009).

Estas zonas se convertirán en grandes consumidores de vino durante el s.II a.C y I d.C, como confirman los restos arqueológicos documentados en Calagurris -ánforas Pascual 1 y Dressel 2/4- y en el complejo alfarero de La Maja (Calahorra) favorecidos por la posible navegación del río Ebro. La presencia de centros de almacenaje o cella vinaria se infiere por la aparición de dolias como las de Vareia, Logroño (Luezas Pascual, 2015).

Entre la iconografía de la vid, presente en las piezas de cerámica de época romana de La Rioja, destacamos:

  • Las asas de las formas Dragendorff 39 de Terra Sigillata Hispánica de los yacimientos de Bilbilis (Zaragoza) o Numancia  (Soria) propia de fábrica Tritium Magallum.
  • Por otra parte y en cuanto a cerámica engobada, encontramos la jarra (fig.1) procedente de Vareia (Logroño).
  • Lucernas y escultura: las composiciones de tema báquico quedan reflejadas en las lucernas Dressel 28 o el busto asociado a la imagen de Baco de Calagurris.
  • Otros elementos: asas con motivos vegetales de Vareia (Logroño).

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-Fig 1. Jarra de Cerámica de Varea. Museo de La Rioja.

Tamara Arévalo

Bibliografía:

  • Burillo, F. (2009) El origen del vino en el valle medio del Ebro. El Vino y El Banquete en la Europa Prerromana. Vaccea Monografías, 2, 173-192. Valladolid.
  • Burillo, F. (2010) La vid y el vino en el valle medio del Ebro durante la etapa prerromana. Saguntum, Extra 9, 132-151.
  • Herrera Belled, J.C. (1986) Las Contramarcas de la Ceca de Gracurris. Segundo Coloquio sobre Historia de La Rioja, 1, 183-196. Logroño, 2-4 de octubre de 1985.
  • Luezas Pascual, R.A. (2000) Testimonios arqueológicos en torno a la vid y el vino en La Rioja. Berceo, 138, 7-38.
  • Luezas Pascual, R.A. (2015) Vid y vino en La Rioja en época romana: nuevas evidencias arqueológicas. Historia y Arqueología en la Cultura del Vino. Instituto de Estudios Riojanos. Logroño.
  • Martínez González, Mª.M; Vitores Bañares, S. (2000) Nuevos alfares de Terra Sigillata Hispánica Tardía en el entorno de Tritium Magallum (Badarán y Berceo, La Rioja). Iberia, 3, 333-372.
  • AA (2009) El Museo del Vino Celtibérico. Una nueva propuesta de turismo enológico. II Congreso Internacional de Turismo Enológico, 21-23 de octubre de 2009.

Webgrafía:

http://www.segeda.net/

Museo de la Romanización

Museo de La Rioja – Inicio

¿Tan parecidos? Discriminación en el estudio de las instalaciones vitivinícolas de las oleicas.

Autora: Irene González Blanco.

En las entradas anteriores hemos descrito el proceso de elaboración del vino en el Imperio Romano,  así como las estructuras de las instalaciones que fueron utilizadas para ello, junto con los medios y maquinaria que las conformaban. Por tanto, y para cerrar este blog, ya sólo nos queda extraer las conclusiones pertinentes y preguntarnos cómo diferenciar en nuestro estudio, una instalación de producción de vino, de una de producción de aceite.

Semejanza en algunos mecanismos e instalaciones utilizados:

En primer lugar es importante recordar que en no pocas ocasiones, los mecanismos  utilizados para la producción del vino, también lo fueron para la del aceite, pudiendo ello llevarnos a posibles equívocos o indefiniciones arqueológicas y tipológicas, cuando de realizar estudios sobre producción vitivinícola, se trata.

La complejidad en el estudio de la producción del vino:

Además de la indefinición descrita anteriormente, cabe añadir que algunos de los métodos de extracción y producción del vino, utilizados durante la época romana, forman parte de la llamada Arqueología Silenciosa, término acuñado por Yolanda Peña Cervantes y otros expertos, para describir aquellos elementos de estudio que no presentan huella en el registro arqueológico, por lo que su conocimiento y descripción sólo es posible gracias a las fuentes clásicas y etnográficas, haciéndose harto difícil esbozar una visión exacta sobre la dimensión socioeconómica que llegaron a alcanzar.

El complejo estudio de la producción del vino, respecto al de la producción de aceite, se debe a varias razones:

a) Existencia de menor información sobre las fases de producción de vino, que sobre las fases de molienda y decantación de la producción oleica, tratándose además de dos procesos bien diferenciados. Por esta razón, si en los yacimientos aparecen estructuras de decantación o fragmentos de muelas, sería más sencillo identificarlo con una prensa de aceite aunque en ocasiones, en el proceso de producción de aceite, se renuncia a la molienda y se pasa directamente al prensado, por lo que volveríamos al problema inicial.

b) Frecuente inexistencia de documentación sobre las piezas supletorias de la estructura de prensado principal, que pudiera proporcionarnos información fiel sobre el tipo de producción utilizado en la zona de estudio.

c) Inexistencia de vestigios sobre sistemas de prensado como la prensa de torsión o de cuña.

d) Inseguridad sobre las conclusiones de algunos sistemas de prensado como la prensa de tornillo directo, ya que aunque podría documentarse por el bastidor de madera que la conformaba y que debía estar anclado en un agujero del suelo, el hallazgo de dicho agujero también podría tratarse de algo muy distinto, como agujeros de poste.

e) Dificultades en documentar y definir las estructuras de pisado, cuando éstas no están construidas en un material resistente en el tiempo como la piedra.

f) Inexistencia de calcatoria en la mayoría de instalaciones.

g) Confusión de los espacios destinados a la fermentación con los lugares de almacenamiento destinados al aceite.

h) Intranscendencia del tamaño de las cubetas de almacenaje, pues si bien en un primer momento se pensó que las de menor tamaño estaban destinadas a aceite, ésta teoría fue descartada por Brun por considerarla errónea en base a sus estudios.

i) Por último,  cabe señalar que también resulta un problema, la similitud de los lugares de almacenamiento previos a la comercialización de los productos, tanto si se trata de aceite como de vino.

Claves para la diferenciación del tipo de producción (vino o aceite):

A pesar de las dificultades descritas anteriormente,  existen otros aspectos clarificadores que nos ayudan a establecer diferenciaciones sobre si la producción estaba dedicada al vino o al aceite, y extraer conclusiones certeras. Estos son:

a) Dolia de fossa para el vino: Clara diferenciación en el caso de las dolia de fossa para el vino, que como ya describimos en la entrada sobre los sistemas de fermentación, se encuentran se encuentran semi-enterradas para mantener la temperatura necesaria en el proceso de elaboración del vino, y que en tan sólo un caso, el del yacimiento de la Provenza, en Le Candéou, se utilizó para el almacenamiento de aceite en lugar de vino. Sin embargo no debemos olvidar que el uso de las dolia para ambos productos sí era corriente en la Península Ibérica.

b) Pie de prensa de piedra para el aceite: Tendencia preferente hacia la utilización de pies de prensa en piedra, para la producción oleícola.

c) Trabajos arqueométricos: Diferenciación más clara, gracias a los trabajos arqueométricos descritos en una de sus entradas por una compañera del grado de Arqueología, basados en la observación microscópica de la superficie de trabajo, que facilita la detección de posibles residuos significativos sobre la producción del vino. Para ello se utilizan técnicas cromatográficas y espectrométricas. Así, en el caso del vino, éste deja restos de tartratos que se detectan gracias a la espectrometría de infrarrojos de Fourier.

d) Análisis carpológicos y palinológicos: Aunque sin resultados relevantes, en los últimos años han tomado la delantera. El método utilizado para el análisis carpológico es el de la flotación sistemática de sedimentos asociados a las zonas de producción. Los análisis palinológicos, debido al número masivo de cultivos de vid y olivo, no suelen ser muy efectivos. En la Península Ibérica, apenas se llevan a cabo.

Conclusión final:

La arqueología es una ciencia viva y dinámica, cuya finalidad es proporcionarnos la mayor información posible sobre las sociedades del pasado. La Ciencia de la Arqueología, junto a la utilización en el estudio de las nuevas tecnologías, han posibilitado en el caso de la producción del vino en la Península Ibérica, el avance en el conocimiento de innumerables yacimientos relacionados con la misma, si bien se hace necesaria una mayor inversión para poder realizar todos los estudios que nos ofrecen los hallazgos, y consecuentemente extraer conclusiones cada vez más fiables y consistentes.

Bibliografía:

Brun. J.P. (2004b). Archéologie du vin et de l’huile dans l´ Empire romain, Paris.

Brun. J.P (2005). Archéologie du vin et de l’huile en Gaule romaine, París.

Carrillo, J. R. (1997).  «Olearium aut vinarium? Un problema de idenficación arqueológica», Almirez 6, 99-122.

 Peña Cervantes, Y. (2005-2006). “Producción de vino y aceite en los asentamientos rurales de Hispania durante la Antigüedad Tardía (s. IV-VII d.C)”. CuPAUAM 31-32, 103-116.

Peña Cervantes, Y.( 2010). Torcularia. La producción de vino y aceite en Hispania. Tarragona, Institut Català d’Arqueologia Clàssica.

 

Con esta entrada, cierro mis intervenciones en este blog …por el momento. Porque como se suele decir, no es un adiós, es un hasta pronto.

 

PERSPECTIVAS DE ESTUDIO

El yacimiento Veral de Vallmora (el cual ya mencionó una compañera en dos entradas anteriores), datado entre los siglos I a.C. y V d.C. (con siete fases de ocupación diferenciadas), se localiza en Teià (Mareseme, Barcelona), en la antigua región layetana.

El estudio de este yacimiento se hace posible gracias al proyecto Cella Vinaria, un programa de investigación que abarca diferentes ámbitos atravesando la identificación, estudio e interpretación de las estructuras constructivas, de los artefactos y de los ecofactos recuperados que conforman el registro arqueológico para alcanzar a comprender técnicas, procesos, procedimientos vitivinícolas del momento; así como la comercialización del vino y sus usos.

No habiendo comentado de una manera explícita en anteriores publicaciones un tema fundamental (y siempre presente, inalienable) en Arqueología, me veo en la obligación de, al menos, mencionarlo; se trata de la teoría arqueológica, esto es, se refiere a la fórmula epistémica según la cual cada persona comprende la realidad observada, en este caso, los yacimientos arqueológicos y la información que estos nos aportan, definición aportada por un muy buen amigo mío (Amets). Pues bien, los responsables del proyecto Cella Vinaria realizan el estudio sobre la base del realismo científico (Oliveras, 2012), corriente que me llevaría mucho tiempo explicar de una forma correcta, pero como carezco del mismo y no quiero generar aburrimiento y demoras innecesarias, me limitaré a apuntar simplemente, que se basa en la objetividad, siendo ésta una forma muy vaga y simplista para describir tal corriente.

Se trata de un gran centro destinado a la producción de vino. La topografía aterrazada del terreno no debió de resultar muy problemática, las estructuras se disponen de forma adaptada a ésta, dispuestas en torno a un patio central a cielo abierto en el que se hallaron grandes tinajas de fermentación. Tres salas de prensado (torcularium) han sido localizadas con dos prensas de biga cada una. Además, cinco depósitos y varias áreas de almacenaje.

En cuanto las siete fases de ocupación antes nombradas, debemos mencionar que se sucedieron diversas reformas en el conjunto a lo largo de toda su vida útil, desde el siglo I a.C. hasta su abandono en el V d.C., aunque en la tardoantigüedad (siglos VI y VII) se amortizó como un establecimiento agrario de menor envergadura. Destacan tres fases constructivas al margen de esas reformas que modificaron su estructura, adaptándola a las diferentes necesidades.

El estudio de este yacimiento se realizó desde un ámbito microespacial hacia uno macroespacial, de modo que, desde el primero, esto es: los datos aportados a partir de las excavaciones; hasta el segundo: llevarlo, implicarlo, integrarlo en el territorio, pasando por el ámbito regional para llegar a una dimensión más amplia. Se trata de hacer una arqueología del paisaje, porque el entorno del yacimiento pudo no ser el que es en la actualidad, y es de vital importancia comprender el ambiente en el que existió el yacimiento en vida. Es muy importante, en nuestro caso concreto, puesto que la producción de vino va ligada inevitablemente al cultivo de la vid, como ya se indicó en entradas anteriores.

Así pues, espero haber despertado interés por el yacimiento de Vallmora, así como ampliado la información ya facilitada, al mismo tiempo que haya generado curiosidades sobre otros aspectos como es la investigación arqueológica.

 Lidia Izquierdo Torrontera

Bibliografía:

Martín I Oliveras, A., 2009: ¨Parc arqueològic Cella Vinaria – Jaciment vitivinícola romà de Vallmora (Teià, el Maresme): un programa de recerca aplicada a la musealització¨. Mnemòsine: revista catalana de museologia, Nº. 5: 119-130.

Martín I Oliveras, A., 2012: ¨Arqueología del vino en época romana: el proyecto Celia Vinaria y el complejo vitivinícola de Vallmora (Teià-Maresme-Barcelona): Nuevas aportaciones a la investigación¨. Anales de prehistoria y arqueología, Nº 27-28: 113-139.

Martín I Oliveras, A., Bayés Colomer, F., 2009: «Cella vinaria» de Vallmora (Teià, Maresme, Barcelona). Estudi per la reconstrucció d edues premses romanes. El vi tarraconense i laietà: ahir i avui : actes del simpòsium / coord. por Marta Prevosti i Monclús, Antoni Martín i Oliveras, págs. 215-248.

 

La producción del vino en la villa romana de Carranque: Patrimonio y puesta en valor

En el pueblo de Carranque, situado al norte de la provincia de Toledo, se localiza una villa romana del siglo IV así como vestigios de ocupaciones visigodas, andalusíes e incluso ya de época moderna. Lo que a nosotros nos incumbe en este caso es el conjunto monumental romano, del cual han sido excavados y puestos en valor para su visita un edificio palacial de uso civil, un mausoleo, la casa de Materno, es decir, una zona residencial, y por último, el torcularium, el edificio dedicado a la producción del vino y del aceite.

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Planta de la casa de Materno y el Torcularium

El yacimiento fue encontrado de manera fortuita en 1983 cuando vecinos del pueblo estaban desarrollando labores agrícolas en las tierras que conservaban los restos. Pronto fueron reconocidos por las instituciones culturales y comenzaron las campañas de excavación.

En los últimos años, los estudios en la villa de Carranque se han basado en la revisión, reexcavación, limpieza y documentación de las estancias investigadas durante el siglo XX. Es en este contexto cuando se identificaron, sin lugar a dudas, estructuras destinadas al pisado de la uva (calcatoria) y recepción del mosto (lacus), además de otras instalaciones de prensado.

Carranque, además del yacimiento, cuenta con un centro de interpretación cuyo objetivo es acercar el pasado al público, mostrando restos arqueológicos, maquetas, dibujos y otros elementos museográficos para dar a conocer aspectos de la vida cotidiana, religiosa y funeraria de aquellos que fueron habitantes de la villa.

Por otra parte, el yacimiento de Carranque presenta un gran nivel de protección, pues está declarado Bien de Interés Cultural según el artículo 40.2 de la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español. Por otra parte, al haber asumido las Comunidades Autónomas la gestión del Patrimonio Cultural, estas han redactado legislaciones propias para la protección del Patrimonio Histórico. En este contexto, en Junio de 2001 las Cortes de Castilla-La Mancha aprueban la Ley 4/2001 con el objetivo de regular los parques arqueológicos de la comunidad así como proteger, investigar, difundir y disfrutar del patrimonio arqueológico en su entorno natural.

Así es como se creó la Red de Parques Arqueológicos de Castilla-La Mancha que en la actualidad cuenta con cinco sitios declarados, uno por cada provincia de la comunidad, cuando las Cortes de Castilla-La Mancha aprobaron en 2001 una interesante iniciativa para regular y organizar los parques arqueológicos de su comunidad, una ley sin precedentes a nivel estatal. El parque arqueológico elegido para la provincia de Toledo es precisamente Carranque, uno de los conjuntos monumentales de época romana más importantes de Hispania.

Desde este blog recomendamos su visita, que se puede hacer de miércoles a domingo entre las 9:30 y las 14:30. Dado que no se encuentra dentro del centro urbano, facilito sus coordenadas GPS las cuales son: 40°11’21.0″N 3°57’02.9″W. El precio de la entrada es de 5 euros, reduciéndose a 3 para grupos y jóvenes. También existe la posibilidad de hacer una visita guiada por un suplemento de 2 euros.

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Puesta en valor del yacimiento.

Personalmente creo que es muy importante hacer llegar el conocimiento de la Historia y la Arqueología al público en general y no solo para un grupo especializado como el universitario o profesional. Para ello, nuestro patrimonio y su puesta en valor juega un papel muy importante y es a través de la visita a los yacimientos y parques arqueológicos como el de Carranque que podemos acercar el conocimiento del vino en época romana al conjunto de la sociedad.

 

Bibliografía

García-Entero, V., Peña Cervantes, Y., Fernández Ochoa, C., y Zarco Martínez, E. 2001. La producción de aceite y vino en el interior peninsular. El ejemplo de la villa de Carranque (Toledo). De vino et oleo Hispaniae. AnMurcia 27: 155-172.

Parque Arqueológico de Carranque. 2016. Información y horarios. http://www.parquearqueologico.org/es/informacion/horarios (último acceso 17/12/2016)

Patrimonio histórico de Castilla-La Mancha. 2016. Parque Arqueológico de Carranque. http://www.patrimoniohistoricoclm.es/parque-arqueologico-de-carranque/ (último acceso 17/12/2016)

P. Zarzuela

La producción vitivinícola en la cuenca media del Guadiana: La villa romana de Torre Águila.

Autora: Irene González Blanco

La producción de vino en Lusitana:

Densamente poblada y situada al oeste de la Península Ibérica, se encontraba Lusitania, una de las provincias más importantes del Imperio Romano y más significativamente influenciadas por el proceso de romanización. No obstante, y gracias a la colonización fenicia durante la época prerromana, Lusitania ya había experimentados grandes avances en su economía productiva, con la introducción del cultivo de la vid y del olivo, que posibilitarían la producción de vinos y aceite.

Salvo breves alusiones recogidas en textos de Estrabón y Polibio, no existen registros materiales que evidencien la producción de ánforas para almacenar el vino, ni tampoco otras referencias de fuentes clásicas que nos ilustren sobre la producción de dicha materia. No obstante, podemos decir que existió una actividad vitivinícola asociada a las villae lusitanas, a partir del siglo I d.C, y que ésta debió ser intensa, a decir del hallazgo de numerosas piezas relacionadas con los sistemas de prensado.

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En un primer momento, la producción estaba dedicada principalmente al autoabastecimiento, comercializándose los excedentes en el ámbito de los mercados circundantes, ya que esta producción era más que suficiente, no sólo para abastecer las necesidades del propio territorio, sino a las comunidades cercanas. Muy posiblemente ésta sea la razón principal de la ausencia de ánforas para el transporte, en favor del transporte mediante toneles, más aptos para el transporte terrestre.

El yacimiento de Torre Águila: Estructura y actividad.

Las primeras torcularia de Lusitania datan  del siglo I d.C, coincidiendo con la paulatina ocupación del territorio rural por las villae. Una de las que están bien documentadas y datadas es el torcularium del yacimiento de Torre Águila, visitable en la actualidad y situada a escasos metros del río Guadiana, en el municipio de Barbaño, de la provincia de Badajoz. La villa fue descubierta en el año 1.984, con motivo de unos trabajos de explanación agrícola y fue objeto de excavación durante las décadas de los ochenta y noventa, realizándose en la actualidad algunas restauraciones de sus estancias.

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Foto área de la villa de Torre Águila (Barbaño, Badajoz)

Aunque algunas de éstas estancias permanecieron en uso hasta entrada la Edad Media, podemos decir que la actividad productiva de esta villa, comprende desde la primera mitad del siglo I d.C,  hasta finales del VIII d.C,primero para la producción de aceite (almazara) y posteriormente para la producción de vino.

Para la producción de vino se realizó una construcción sobre la antigua estructura de la almazara, teniendo  que ser desmontados algunos muros de la estructura anterior, y cubiertos de tierra los suelos del antiguo torcularium. La zona destinada a las prensas se situó al norte de la estancia.

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Planta de la villa

Así, la producción de vino ocupaba los 240 metros cuadrados de la antigua almazara, y para el acceso a las instalaciones había dispuestas dos puertas, una datada de una época anterior, y otra destinada a la descarga de los carros con la materia prima, la uva. Esta segunda puerta conectaba directamente con el  calcatorium,  emplazado donde anteriormente había estado la zona de molienda, cuya forma semirectangular estaba cubierta de opus signinum.

 Cabe la posibilidad de se utilizasen tablas de madera para aumentar el volumen de la pisa. También parece evidente que el mejunje era conducido mediante un canal que desembocaría en uno de los  lacus, dado que el pavimento se orientaba al este para facilitar el  proceso de evacuación de la zona de pisa.

El sistema de prensado utilizado en este emplazamiento fue la prensa de viga, a juzgar por los restos documentados de area y praelum.  El area, cuadrada y levantada del suelo unos 15 centímetros, contaba con dos salidas: una al este, que podía recibir los líquidos procedentes del calcatorium a través de un canal de opus signinum;  y otra al sureste, que recibá el mosto de la prensa. En cuanto al praelum, de 9 metros de longitud, se encontraba anclado al suelo mediante un bloque de granito en el que podemos observar los orificios donde encajaban las vigas.

Los dos lacus estaban situados en la zona noreste, aprovechando el desnivel mencionado anteriormente, para agilizar el proceso de cambio de estancia en la producción del vino. Uno de ellos es mayor  que el otro y se encuentra en peor estado que el de menores dimensiones. Éste segundo se encuentra excavado en el suelo y recubierto de material hidráulico fino. En su interior contaba con un pequeño escalón y un pocillo semiesférico con una doble finalidad: recoger el mosto y limpiar el tanque

Tras el proceso de ebullición tumultosa, el vino era transportado a la cella vinaria. En el caso del yacimiento de Torre Águila, se trata de un espacio pseudo-rectangular y pavimentado con tierra, en el cual se hallaron fragmentos de ánforas y dolia, en las que  se almacenaba la materia prima una vez fabricada, hasta su comercialización.

Si desea visitar la villa,aquí le adjunto toda la infromación necesaria:

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Y si desea realizar la visita desde el cómodo sofá de su casa,aunque no es muy recomendable ya que la arqueología es un fenómeno vivo y como tal hay que sentirlo en primera persona, le adjunto el siguiente enlace con un video de la villa.

https://www.youtube.com/watch?v=fynH8M1mur

Bibliografía:

Rodríguez Martín, F.G (1995). La villa romana de Torre Águila: un asentamiento rural en la cuenca media del Guadiana, Revista de arqueología, 176, 46-55.

Rodríguez Martín, F. G. (1999). «Prensas de aceite y de vino en una villa romana de la cuenca media del Guadiana: «Torre Aguila», Barbaño (Badajoz)», en Gorges, J. G. y Rodríguez Martín, F. G. (eds.):Economie et territoire en Lusitanie romaine, Madrid, 403-426.

Rodríguez Martín, F. G. (2011-2012). La producción de vino y aceite entre Augusta Emerita y el occidente atlántico, De vino et oleo Hispanieae. AnMurcia, 27-28, 451-469.

 

 

DEBATIENDO SOBRE LAS EVIDENCIAS

       Hablamos en una de las anteriores entradas del yacimiento de Val de la Viña, preguntándonos a cerca de si realmente se podía asegurar que se trataba de un establecimiento dedicado a la producción de vino. ¿Cómo saberlo? El problema fundamental reside en diferenciar los lugares de producción de vino de los de aceite

            ¿Cómo saber si se trata de un lagar de vino o de una almazara de aceite? Carecemos de tipología estricta para resolver tan arduo problema, debemos recurrir, por ello, a otros medios como son los datos paleobotánicos, historiográficos o geográficos.

            En el caso concreto que nos ocupa, Val de la Viña, las fuentes clásicas no mencionan producción oleícola en la zona del Henares. Podría esto darnos esperanzas para deducir que, por tanto, se trataba de un lugar dedicado a la producción de vino; pues bien, en las fuentes mencionadas tampoco aparecen demasiadas referencias a la producción de vino de esta zona, por lo que entonces cabría pensar, mediante el mismo razonamiento que no se trata de un centro destinado a tal fin. Muchas veces la Arqueología, perdón, las personas dedicadas a tal profesión, se afanan en buscar lo que desean, de tal modo, que lo acaban encontrando (según ellos), en otros casos, muchas veces se ven ofuscados ante claras evidencias, como dice el refrán: no hay más ciego que el que no quiere ver; ¿qué nos conduce a pensarlo entonces?

            En la evidencia arqueológica hallamos la respuesta, por ejemplo, en la presencia de molinos. El hallazgo de mola olearia o trapetum es indicativo de la producción de aceite, aunque su ausencia no indica obligatoriamente presencia de vino.

Los lagares, en cambio sí (tanques bajos generalmente excavados en la roca y pavimentados con tierra apisonada, madera, ladrillos…), aunque hemos de reconocer que en ocasiones pueden aparecer asociados a aceite. Se corresponden con el tipo de tanques que ya mencionamos en la entrada anterior referida a este yacimiento. El hecho de que aparezcan revestidos de opus signinum es otro de los motivos que nos llevan a pensar en la producción de vino.

Además de esto, la existencia de los contrapesos corrobora la idea; en el resto del mecanismo de prensado no podemos apoyarnos, dado que es común para aceite y vino.

Los depósitos de recogida presentan la misma problemática, y aunque la no presencia de algunos elementos característicos de la producción de aceite no puede ser directamente asociada a la del vino, si va unida a la aparición de otros elementos, como el opus signinum, puede hacer que la balanza se incline.

            Por lo tanto, aunque este yacimiento se presente como lugar de producción vitivinícola, todo puede cambiar ante nuevas evidencias o nuevos conocimientos que nos ayuden a comprender mejor y saber ver, no sólo mirar.

            El motivo de la elección de este yacimiento no era aportar las claves necesarias para diferenciar un establecimiento dedicado a la producción de vino de uno dedicado a la de aceite; sino la de mostrar las dificultades antes las que se enfrente cada día la Arqueología, y a exponer el hecho de que son las personas quienes hacen Arqueología, y, por tanto, todo está sujeto a lo que las personas quieran entender, a lo que quieran advertir. Nuestros sentidos, lo que percibimos, la forma en la que entendemos el mundo no es objetiva; la Arqueología no es objetiva.

Bibliografía:

De Almeida, R. R.; Morín de Pablos, J.; López Fraile, F.; García, E. A., 2012: ¨Producción vitivinícola en el Ager de Complvtvm. El caso de Val de la Viña (Alovera, Guadalajara).¨ De vino et oleo Hispaniae. AnMurcia, 27-28, 209-217.

Morín de Pablos, J. et al., 2015: ¨El asentamiento rural hispano romano de Val de la viña (Alovera, Guadalajara) Nuevos datos para la producción del vino en el ager de la ciudad de Complutum.¨ Vides Monumenta Veterum. Madrid y su entorno en época romana. Museo Arqueológico Regional.

Morín de Pablos, J., 2015: El yacimiento de Val de la Viña (Alovera, Guadalajara). Un asentamiento agropecuario altoimperial en la Vega del Henares.¨ Vides Monumenta Veterum. Madrid y su entorno en época romana. Museo Arqueológico Regional.

Lidia Izquierdo Torrontera

¿Qué hay detrás? La producción doméstica del vino en las villas romanas.

 

«Annorum vinum, socius vetus et vetus aurum»

Una vez conocida la producción del vino destinada al  intercambio y comercio  en el Mediterráneo, hemos de comprender un tipo de producción a pequeña escala, el de las explotaciones rurales o villae, orientado a la autosuficiencia y consumo familiar.  Aunque en las siguientes publicaciones veremos ejemplos de villae específicos, consideramos que es necesario conocer dónde y cómo se elaboraba este vino y a quién o quiénes iban destinado.

Como hemos visto en anteriores post; las fuentes escritas y el registro arqueológico -junto al conocimiento aportado por los ingenieros agrónomos- nos permiten conocer con mayor exactitud la fabricación, los utensilios empleados y el consumo del vino, acercándonos aún más a la cosmovisión de la época.  Un ejemplo de ello es la gran cantidad de iconografía relacionada con el ciclo productivo del vino (mosaicos con temática calendárica, de vendimia, étc.) o las fuentes escritas, como las recomendaciones agrícolas que se desprenden de textos de autores como Lucio Moderato Columela o Palladio (Cerrillo Martín de Cáceres, 1996).

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Mosaico procedente de la Casa del Anfiteatro (Mérida)

Almacenamiento y transporte:

Las diferencias entre la producción a pequeña y gran escala residen en la extensión del cultivo, la calidad de los suelos y la especialización y variedad de vid seleccionada, orientadas a la mayor rentabilidad y rendimiento en aquellos emplazamientos volcados al comercio. Entre las herramientas destinadas a la producción vitícola encontramos la hoz, cestas, saccus vinarius, vasijas o colum. La presencia de vasijas dedicadas a ambas funciones (almacenamiento y transporte) nos lleva a pensar en la importación y/o exportación de la producción. El problema reside en el verdadero uso dado a esos recipientes, no necesariamente destinados al vino sino a otros productos como el aceite.

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Representación de Saccus Vinarius

Producción:

La arqueología del vino (con aplicaciones paisajísticas y de análisis arqueométricos) posibilita conocer la producción vitícola y la importancia que el vino adquirió dentro de la sociedad agraria. La evidencia arqueológica pone de manifiesto que hubo determinadas estancias dedicadas a la transformación y conservación de los productos agrarios. Las instalaciones para la transformación de la uva en vino se localizan en la pars fructuaria -parte productiva- de la villa, diferenciada de otras áreas como la del presando o torculum, orientadas a la fermentación. Es probable que las zonas de cultivo estuvieran circa villam, es decir, alrededor de la propia villa para facilitar el transporte del producto. La problemática relacionada con los lugares de producción radica en los materiales de construcción de las instalaciones, generalmente perecederos, madera, por lo que apenas quedan restos. Las huellas más comunes de estas construcciones son las piletas fabricadas en opus signinum.

¿Qué nos queda por conocer?

Consideramos que es necesaria la realización de analíticas complementarias que permitan ubicar con exactitud las instalaciones y recipientes destinados a la producción y almacenaje del vino -respectivamente- con la finalidad de poder realizar estudios orientados a conocer la producción, consumo y transporte del vino en el entorno de las villas romanas.

Tamara Arévalo

Bibliografía:

  • Brun, J.P. (2003) Le vin et l’huile dans la Mediterranée antique. Viticulture, oléiculture et procédés de fabrication. Paris.
  • Brun, J.P. (2004) Archéologie du vin et de l’huile dans l’Empire romain. Paris.
  • Celestino Perez, S. (1999) El vino en la antigüedad romana: Simposio de Arqueología del Vino, Jerez, 2, 3 y 4 de octubre, 1996. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.
  • Francia Verde, R. (2015) Historia y Arqueología en la cultura del vino. Instituto de Estudios Riojanos. Logroño.
  • Noguera Celdrán, J.M. y Antolinos Marín, J.A. (2009) Áreas productivas y zonas de servicio de la villa romana de Los Cipreses (Jumilla, Murcia). Archivo Español de Arqueología, 82, 191-220.
  • Sáez Fernández, P. (2011) La suspensa mola de Columela y las Molae Oleariae. De vino et oleo Hispaniae. AnMurcia, 27-28, 2011-1012, 59-75.
  • Sanz Gamo, R. (2001) La distribución de las villas romanas en la provincia de Albacete. Studia E. Cuadrado. AnMurcia, 16-17, 2001-2002, 351-362.

Arqueología experimental: Veral de Vallmora

Si bien en mi entrada anterior escribí sobre el yacimiento romano de Veral de Vallmora en Teià y el parque arqueológico Cella Vinaria, hoy os voy a hablar sobre los estudios de arqueología experimental llevados a cabo en el yacimiento por el equipo de arqueólogos que excavó el yacimiento en 1999, 2003, 2004 y 2005.

A partir de los relevantes hallazgos de dos prensas para la uva realizaron una recreación localizadas in situ que actualmente se muestran en el parque arqueológico. El exhaustivo estudio de las prensas sirvió para ganar un profundo conocimiento sobre estas estructuras vitivinícolas romanas, y ahora, al exhibirse en el yacimiento, ayudan a los visitantes a entender las estructuras de este importante centro de producción vitivinícola, que como dicen por ahí: una imagen vale más que mil palabras.

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Reconstrucción de la prensa de viga que se exhibe en el parque arqueológico

Por otra parte, decidieron realizar un proyecto experimental a medio plazo sobre las vides en época romana. Para ello se basaron es estudios del paisaje y del territorio, que les permitieron conocer los diferentes patrones de asentamiento, los suelos y las diferentes técnicas de cultivo en época romana. También se realizaron estudios arqueobotánicos. Sin embargo, debido a la crisis y a la falta de financiación y mantenimiento, este proyecto no está teniendo un seguimiento y, al tratarse de plantas, cabe la posibilidad de que mueran y los objetivos del proyecto no se vean conseguidos.

Aquí os dejo un vídeo sobre el proyecto del parque arqueológico Cella Vinaria y el proceso de musealización del yacimiento y la gestión de su patrimonio, que es bastante ilustrativo pues nos informa incluso de la procedencia de los fondos utilizados para la creación del parque arqueológico. Además también explica extensamente la historia del yacimiento y muestra los principales hallazgos (sellos de plomo, lucernas, monedas, etc.). Aunque es en catalán el discurso es comprensible, además son muy interesantes las imágenes que se nos muestran: desde estudios experimentales hasta reconstrucciones virtuales.

https://www.youtube.com/watch?v=N5C8tfGJH30

Bibliografía

Martín, A. (2012) Arqueología del vino en época romana: el proyecto cella vinaria y el complejo vitivinícola de Vallmora (Teià-Maresme-Barcelona) Nuevas aportaciones a la investigación. De vino et oleo. An Murcia, 27-28: 113-139.